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"La consagración a la Virgen MarÃa no es una simple devoción, ni una oración sin compromiso. La verdadera consagración significa acoger a MarÃa, a quien Cristo en la cruz nos dio como Madre nuestra, en orden de gracia, en la persona del discÃpulo amado. Acoger a MarÃa como Madre es un compromiso con Jesús, por lo que el consagrado, acogido en el corazón de MarÃa, experimentará una relación Ãntima y directa con Ella en la oración, como instrumento en sus manos, buscando vivir sus virtudes. a MarÃa se convertirá en un camino de fidelidad a Jesús, de apertura al EspÃritu Santo y de comunión y amor con el Padre y los hermanos". (Fray Sebastián)
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